martes, 28 de diciembre de 2010

TARE IV: LOCALIZACION DEL COLEGIO "LOS MARTINETES"



MI PERSONAJE: PROFESORA DE RELIGION

Hola, mi nombre es Ángela Macías Ayuso. Tengo 24 años, de los cuales llevo tres trabajando como profesora en este Centro y soy la profesora de religión. Mi objetivo principal es transmitir los valores de Jesús entre los alumnos, como son la tolerancia, el respeto, la escucha… fomentando siempre un buen clima de trabajo y de participación de todo el alumnado. Para llevar a cabo mi tarea intento siempre organizar tareas dinámicas que creen en el alumno entusiasmo y ganas de querer conocer a Jesús. Mi relación con mis compañeros de trabajo es muy buena e incluso algunos me admiran por la paciencia, la tranquilidad y la dulzura con la que llevo a cabo mi tarea, y mi respuesta ante ello es siempre la misma; todo ello me lo da confianza en Dios, que me invita a vivir cada día como si fuera el último.


El primer día que tuve que ir a trabajar rodeé el Parque Amate en diez ocasiones, estaba tan desorientada que tuve que preguntar a cuatro personas diferentes, pues, la zona en la que está ubicado el colegio, en el Barrio de las Letanías (Polígono Sur), no es una de las barriadas que acostumbraba visitar. Esta es una zona con un alto índice de paro, absentismo escolar, tráfico de drogas y delincuencia juvenil, en definitiva, un espacio social conflictivo.
Cuando pasé al primer edificio de los dos que consta el colegio, me di un paseo para visualizar de qué manera estaba estructurado. Lo que puede observar es que había seis aulas de Educación Infantil  y en el segundo, todas las aulas de educación primaria.
No me sorprendí mucho al contemplar que las instalaciones eran un poco antiguas y no estaban actualizadas. Debido a que no había sistema de calefacción, pensé rápidamente que en invierno se pasaría frío y cuando se aproximase el verano, mucho calor, algo que afectaría enormemente el ambiente del centro.
            Al entrar en el segundo edificio, había una recepción en la que estaba la secretaría del centro, era un espacio bastante pequeño y, como consecuencia de ello, estaba muy desordenado (he de reconocer que me puse bastante nerviosa debido a la organización con la que acostumbro a trabajar. Más adelante, me presentaré personalmente).
            Había un pasillo largo en el que la luz apenas lograba alcanzarlo. En este pasillo, estaban  las aulas de los alumnos/as de Primaria y, al final del mismo, una puerta que al abrirla, descubrí que era la sala de profesores. Era rectangular, dos mesas rectangulares ocupaban el centro de la sala además de dos ventanas que daban a la calle principal del centro. En una especie de estantería, había una cafetera bastante antigua.
            Observé que el colegio carecía de gimnasio y, más delante comprendí por qué estaban los alumnos haciendo deporte en uno de los dos patios: uno pequeño y cubierto para infantil  y otro más grande para primaria.
            Para las reuniones de tutoría, tenían reservada una clase muy pequeña, nada que ver con el gran salón que había al principio del pasillo para las reuniones iniciales de comienzo de curso con los alumnos. A pesar del hermoso espacio del que disponían, los asientos estaban descuidados y pintados. 
            Al entrar a mano izquierda en el salón de actos había un pasillo que me condujo a una clase con mesas y sillas; entendí que era la Biblioteca por las estanterías llenas de libros que había.
            Enfrente de esta sala, por fin encontré lo que andaba buscando: el despacho del director. Me estaba esperando y llamé un poco nerviosa a la puerta, nervios que se disolvieron rápidamente al tratar con el señor D. Juan Manuel ya que me atendió con mucha amabilidad.


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